20 años hace ya que don Rolando dejó su tierra natal Santa Lucía la Reforma, Totonicapán; y emigró hacia puerto San José, de donde desde esa fecha a trabajado como lustrador de zapatos y como toda persona humilde y trabajadora.
Se destaca como una persona ejemplar pues de esa bella labor, y además vendiendo granizadas los fines de semana en la playa publica de San José.
Mantiene a su familia simplemente y es una persona digna de admirar Dios lo bendiga don Rolando, ¡Orgullo Porteño!